Ricotes, Vicarios y Buenabarba,moriscos granadinos deportados a Castilla que eludieron la expulsión

No es fácil todavía cuantificar el alcance global de  permanencias, ni la pauta general de los medios de que se valieron individuos o familias para eludir la expulsión. Con seguridad, fueron diversos los mecanismos empleados para resistir al exilio, como ya hemos comentado en anteriores trabajos sobre la cuestión. Ocultamientos, ayudas vecinales y de autoridades locales, desplazamientos, cambios de nombre, ingreso en la Iglesia, sobornos o litigios legales ganados contra las ordenes de la Corona.

No es hoy la cuestión que trataremos en este breve trabajo. Nos limitaremos a presentar los primeros resultados d diversos cruces de información a través de algunos casos particulares. Con seguridad en un futuro próximo será posible reunirlos y obtener unas pautas de conducta generalizables y una cuantificación de las permanencias en distintas zonas de Castilla.

 En 1594 por orden del Tribunal del Santo Oficio del Distrito de Valladolid, se lleva a cabo un padrón de los moriscos de origen granadino, que nos proporciona una foto fija del número, la edad, los datos familiares y en muchos casos las profesiones y oficios de los cabezas de familia. Un total de 8.863 personas distribuidas en las actuales provincias y pueblos de León, Zamora, Salamanca, Valladolid, Palencia, Avila, Burgos Soria y Segovia, se relacionan en 302 páginas donde se  describen tanto las grandes comunidades asentadas en las principales ciudades, como las mas reducidas,  afincadas en las mas remotas aldeas , donde a veces  ha ido a parar  una sola familia y aun, en ocasiones ,una sola persona.

La suerte de estos granadinos tras las órdenes de expulsión de 1611 y  las sucesivas pesquisas  y reexpulsiones posteriores, ha sido ya descrita con precisión por diversos autores. En este breve trabajo expondremos la excepcionalidad que supusieron aquellas familias moriscas de origen granadino que por razones diversas consiguieron eludir la expulsión.

La familia granadino castellana de los Ricote.

El grupo familiar de los Ricote forma parte de los 121 moriscos alistados en Alba de Tormes. Lo forman el cabeza de familia, Alonso Ricote de 44 años, nacido por tanto en 1550, en Granada, su esposa Isabel Hernandez  de 40 años, granadina tambien de nacimiento (1554). Llegaron a Castilla en plena edad reproductiva, en torno a los 20 años. Han tenido, hasta la fecha de la encuesta inquisitorial, tres hijos, Francisco Ricote Hernandez de 13 años, Maria Ricote Hernandez de 10 y Leonor Ricote Hernandez, de 7.

El apellido Ricote del cabeza de familia alude claramente a su origen en el Valle de Ricote de Murcia. Su  procedencia granadina fruto de las deportaciones acaecidas tras la Guerra de las Alpujarras (1568-1571), no contradice ese origen mas remoto en la región murciana.

Cuenta Flores Arroyuelo que en dos fechas sucesivas, 1451 y 1477, la expediciones de los emires granadinos asolaron parte del Reino de Murcia incluyendo en aquella incursión militar el Valle de Ricote, donde incorporaron a sus filas a los vecinos musulmanes de los pueblos del Valle en su retorno a Granada. El despoblamiento del valle, y la voluntad de retorno de una parte de los pobladores, propiciaron el perdón de los reyes Católicos y la vuelta de una parte de los vallricotíes a sus lugares de origen.

Otra parte permaneció en Granada. Su origen quedó fijado en la nisba de su antiguo nombre árabe y trasladado a su nuevo apellido cristianizado.

De María y Leonor no volvemos a tener referencias, bien porque casaran fuera del término de Alba de Tormes y acabaran finalmente expulsadas, bien porque finalmente sustituyeron su apellido por otro menos significativo.

Sin embargo Francisco, el hijo mayor, aparece  casándose en Alaejos, Valladolid, con María Lozano el 25 de Julio de 1604. Fruto de ese matrimonio nacieron ( que sepamos), tres hijos: Alonso, nacido en 1/5/1605, Cristóbal nacido en 25/08/1607 y Maria nacida el 9/10/1609, ya en los preliminares del nuevo exilio.

Tampoco sabemos que ocurrió con Cristóbal y María Ricote Lozano. Pero Alonso Ricote Lozano casa en Alaejos con Antonia Sánchez Cordero, que aparece indistintamente como Antonia Sánchez o Antonia Cordero.

De ese matrimonio nacen Francisco, Jorge, Cristóbal, Nicolás, Bárbara, Inés y Antonio, si bien este último a diferencia de sus hermanos ya ha optado por el cambio su apellido por Ricoto.

 

 

 Imagen 1.- Registro de los granadinos Buenabarba, avecindados en Alba de Tormes.

 

Otro de los grupos familiares de moriscos granadinos residentes como los Ricote en Alba de Tormes y probablemente vecinos suyos, son los Buenabarba. Este apellido cristianizado parece proceder de un “lakab”, un mote alusivo a una característica física ( la fortaleza capilar?) que también en este caso podía aludir a una característica religiosa ( ¿Una barba islámica “especialmente” piadosa? ).

 

Imagen 2.- Arrabal del puente en Alba de Tormes.

En cualquier caso el cabeza de familia Hernando es un hombre ya entrado en años, nacido en Granada en el año 1546, y deportado a Castilla en torno a los 24/25 años, la esposa Gracia Gómez tiene seis años menos y ha dado luz al menos a tres hijos, pero cabe en lo posible que aun exista alguno mayor  que Alonso, que ya no resida en Alba de Tormes, pues la edad a la que tuvo a Alonso ( 27 años), es un tanto tardía para las costumbres de las parejas moriscas.

Alonso, con 15 años, Luis de 12 y Antonio de 8, constituyen el resto de la familia.

Ya no tenemos información de los Buenabarba hasta el año 1628. El 29 de Julio de ese año en la Parroquia de Santa María, de Torrecilla de la Orden, Valladolid, se bautiza a Antonio Martín de Pedroso. Años mas tarde, el 9 de Mayo de 1631 es bautizada también  su hermana Ana Martín de Pedroso.

Ambos son hijos de María de Pedroso y Juan Martín de Buenabarba.

Un Buenabarba que ha utilizado una argucia muy común entre los moriscos afincados en Castilla, para hacer desaparecer el apellido morisco de origen. Una argucia en dos tiempos. Primero convertirlo en un compuesto anteponiendo un apellido cristiano común como Fernández , Sánchez o López ( en este caso Martín), luego en un segundo momento, los hijos ya podrán sin problemas adoptar el nuevo apellido “sin mácula” y transmitirlo a generaciones venideras “limpias”.

De hecho, mientras que en 1628 el párroco de Torrecilla anota el nombre del padre como Juan Martín de Buenabarba, tres años después cuando nace Ana, el registro ya cita al padre como Juan Martín, a secas. Lo que indica además que necesariamente algún grado de complicidad por parte de algunos  párrocos se producía para que pudiera darse lugar a estos “camuflajes”.

 

Imagen 3.- Iglesia de San Juan en el Arrabal de Alba de Tormes

Ya no volvemos a encontrar Buenabarba entre los apellidos castellanos. Para saber que un Martin de Pedroso es en realidad un linaje de origen moriscos, habrá que remontarse al registro de 1628, y saber además de la pertenencia de Juan Martin Buenabarba a los granadino-castellanos, de abuelos granadinos, padres castellanos y fruto por tanto de los mestizajes culturales y religiosos de la Castilla del XVI y XVII.

 

 

Imagen 4.- La familia De la Peña, moriscos granadino-manchegos de Ciudad Real.

 El 7 de Enero de 1619, ocho años después de la expulsión de los granadinos de Castilla, se celebra en la Parroquia de San Pedro de Ciudad Real el matrimonio entre Pedro de la Peña y María Fernández.

Los padres de Pedro son  el morisco del mismo nombre Pedro de la Peña y la morisca María de Ramos. Como tales moriscos habían sido registrados con motivo del nacimiento de María de la Peña, hermana de Pedro el 23 de Noviembre de 1590. Cuando son registrados en 1619, ya no se les señala en el libro sacramental como cristianos nuevos, ni su procedencia granadina, tampoco dice el párroco que hayan fallecido o estén ausentes, luego es muy presumible que estuvieran presentes en la boda de su hijo.

Los De la Peña son un largo linaje de moriscos en Ciudad Real. Mantienen su apellido como se ve en el caso del contrayente Pedro de la Peña de Ramos después de la expulsión, pero en otros casos, a la vista de las convulsas fechas que se aproximan, algunos moriscos han cambiado ya su apellido, por lo que pueda venir.

Así, Alonso de la Peña, que se casa con la morisca Ángela de Rojas en 1604, es hijo de Francisco de Granada. El cambio de apellido debió ser contemplado como una opción ventajosa, pues mantener el apellido De Granada con los tiempos que corrían no parecía ser una buena idea

La familia manchego/granadina de los Vicario

El 12 de Octubre de 1612 se celebra en la Parroquia de Santa María del Prado en Ciudad Real,la boda entre Gabriel del Corral y María de Aranda. En apariencia, un matrimonio más. No hay ninguna anotación del párroco que permita la menor sospecha sobre los contrayentes. Ya han sido expulsados los moriscos granadinos ciudadrealeños y, en teoría, el trabajo de los comisarios de expulsión está concluyendo.

Sin embargo, el padre de María de Aranda es Francisco Vicario, barbero de profesión. Francisco está casado con la morisca Isabel de Coca y además de María, tienen una hija, Isabel, que es bautizada en la misma Parroquia el 19 de Marzo de 1599. Sólo que antes de la expulsión la hija Isabel se apellida Vicario, mientras que en 1612 la novia no lleva el apellido de su padre ni de su madre, sino que cambia el apellido que la vinculaba a su origen morisco.

Pero ¿Con quien matrimonia María Vicario, ahora María de Aranda? Pues como no podía ser de otra forma con otro morisco, que se las ha arreglado para permanecer en su ciudad de nacimiento. Otro granadino manchego, de la familia de los Del Corral, de la que es cabeza Juan del Corral, zapatero, casado con María de Guzmán, de la que tiene otro hijo, Juan Del Corral y de Guzmán, nacido en Nuestra Señora del Prado el 12 de Noviembre de 1589.

Los Del Corral, los Guzmán, los De Coca y los Vicario han conseguido eludir la expulsión y reagrupar un nuevo núcleo familiar morisco en su ciudad, y en su barrio, sin que el párroco incida ya en anotar su origen morisco/granadino, como sí hizo en 1599 con Isabel Vicario, o en 1589 con Juan Del Corral y de Coca.

 

 

Imagen 4,-Anotación del Libro de Matrimonios de Nuestra señora del Prado de Ciudad Real, donde se recoge la boda de María de Aranda (María Vicario de Coca) con el morisco Gabriel del Corral.

 

El linaje de los Vicario no tiene solamente sus miembros afincados en Ciudad Real. También sabemos de una rama mas extensa del linaje entre los granadino/manchegos de El Toboso, que ha identificado, mediante los documentos de los traspasos de siembras previos a la expulsión, Francisco Moreno-Díaz del Campo, en su trabajo  «Los moriscos de Castilla-La Mancha». Se trata de Gabriel, García, Gonzalo y Juan Vicario. Los cuatro viven en el Toboso y trabajan la tierra. Gonzalo explota 15 fanegadas de azafrán, García y Juan, siembran cebada, Gabriel aparece en la compraventa de su casa en 1602.

Juan Vicario es copropietario de 6 fanegadas de cebada junto al morisco Ginés Zarco de cuyo linaje tenemos documentada la permanencia en España tras la expulsión y del que hablaremos en otra ocasión.

No son todos los Vicario que hemos identificado como moriscos. En Burgos, en el padrón inquisitorial de los moriscos de Castilla León llevado a cabo en 1594, aparece alistada la familia formada por otro Juan Vicario, carretero de oficio y casado con María Bernal. Ambos tienen una niña de dos años, Catalina Vicario Bernal.

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